Hnos. Adalberto y Marcy Alvarez
Un matrimonio transformado por el poder de Dios, ejemplo de fe
Un matrimonio que ha aprendido a buscar a Dios en espíritu y verdad, reconociendo que Él tiene el control absoluto sobre sus vidas. Sostenidos por una fe inquebrantable, declaran lo que no es como si fuera, proclamando en todo momento que para Dios no hay nada imposible.
El hermano Adalberto Álvarez, nacido en Ponce, Puerto Rico, fue abandonado por sus padres cuando apenas tenía un año y cinco meses. Fueron sus abuelos paternos quienes lo criaron y le brindaron apoyo cuando fue rechazado por sus progenitores. Aunque no conocía a Dios, la poderosa Palabra del Señor comenzó a cumplirse en su vida, y con orgullo puede afirmar lo que dice el Salmo 27:10: "Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me acogerá."
A los cinco años, el enemigo de las almas intentó arrebatarle la vida cuando quedó inconsciente debajo de una cama en llamas. Su vida estuvo rodeada de idolatría, vanidad, violencia, maltrato y los engañosos placeres del mundo de pecado. Cansado de esa forma de vida, llegó a los Estados Unidos, donde conoció a su amada esposa, la hermana Marcy Álvarez. Al regresar a su tierra natal, Dios los llamó y trató con sus vidas durante tres años para que pudieran unirse en santo matrimonio, lo cual lograron realizar.
En el año 2006, regresaron a los Estados Unidos y, cansados de los maltratos del mundo, aceptaron una invitación a la Iglesia Cristiana "Porque de Dios es el Poder", donde se reconciliaron con el Señor y decidieron que Dios tomara el control total de sus vidas. Durante todo este tiempo, han caminado juntos, viviendo la Palabra de Dios tal como está escrita, defendiendo la santidad de Dios, sometiéndose al Señor y a sus pastores, reconociendo lo que dice la Sagrada Escritura en 1 Corintios 11:11: "Pero en el Señor, ni el hombre es sin la mujer, ni la mujer sin el hombre."
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